jueves, 26 de noviembre de 2009

Primeras impresiones sobre "The princess and the frog"


De awardsdaily.com: Los de la Disney tuvieron la amabilidad de invitarme a sus estudios para ver su nueva película: Tiana y el Sapo. Si nunca has ido a una de estas fiestas, debes saber que normalmente tienen lugar en el teatro “El Capitán” de Hollywood y que se gastan un pastón para que tus hijos vean la película y para que más tarde vayan “entre bastidores” y se encuentren con las princesas o se diviertan con cualquier actividad extra que hayan decidido montar. Normalmente la cosa está bastante bien y vale la pena el dinero invertido. Esta vez la fiesta tuvo lugar en el set de rodaje de Disney, un sitio ya divertido de por sí para pasar la tarde, donde todas las princesas se habían reunido en la carpa. Aquí es cuando observas a los ídolos que intentamos que admiren nuestras hijas: antiguas princesas, como Aurora y Blancanieves se mezclan con princesas más recientes como Ariel y Mulan. Si has criado a una niña en Estados Unidos, lo más probable es que te suenen todas y cada una de las princesas que han creado.

Me resulta un poco extraño que les haya costado tanto ofrecernos “una princesa negra”, y todavía lo es más si tenemos en cuenta que ahora se cumple un año de la entrada de Obama en la Casa Blanca. Disfrutamos con la película, sobre todo porque no era la misma historia de princesas de siempre: es una chica a la que enseñaron que tenía que esforzarse al máximo para conseguir sus sueños (en contraposición a las que piden deseos a las estrellas) y que tenía que hacer algo con su vida. No nos intentan hacer creer que el ser felices y comer perdices depende exclusivamente del azar; de tirar una moneda al aire y esperar el resultado.
Me decepcionó un poco el hecho de que después de haber esperado tanto para que Disney acertara de pleno con una princesa, ésta se pasase la mayor parte del tiempo transformada en rana y no como princesa.

Esto es lo que dice Manohla Dargis del New York Times:
La heroína de Tiana y el Sapo descubre que no es fácil ser verde. Pero a juzgar por lo que esta cuidada película de animación tradicional nos cuenta, o más bien por el tema que prefiere evitar a toda costa, la raza, es mucho más difícil ser negro, y sobre todo en una película de animación de Disney. Por si no lo sabían, Disney, la empresa que inmortalizó a bellezas pálidas como Blancanieves o a la cantarina plantación de Canción del Sur, ha creado un cuento de hadas con una heroína negra; un personaje cuyos hombros y cuya historia parecen no ser lo suficientemente fuertes como para soportar todas las esperanzas que se habían puesto sobre ella. Tiempo le falta para ponerse a saltar por el pantano, con ancas verdes y todo.

Y Scott Foundas de Village Voice secunda a Dargis: "Ahora los guionistas-directores Ron Clements y John Musker (quienes con Aladdin en 1992 nos ofrecieron una imagen siniestra y sanguinaria de Oriente Próximo) nos traen a los antropomórficos Tiana y Naveen, que prefieren ir saltando arriba y abajo por el pantano en vez burlar las leyes de Jim Crow por las calles de Nueva Orleans. Allí, la falta de historicismo de la princesa da lugar a un desfile de carnaval lleno de risibles estereotipos: una luciérnaga acadiana con un acento cajún tan exagerado que es comparable al del chef Justin Wilson (no miento); una sacerdotisa vudú de 197 años llamada Mama Odie; por no olvidar la eterna caricatura del Sur: el trío de paletos sin dientes. "

El hecho de que dure tanto la transformación de princesa en rana nos indica que se sentían incómodos de algún modo con la auténtica historia de Tiana. ¿Qué hacer con ella? ¿Cómo lograr una historia lo suficientemente universal como para atraer a todas las niñas? Desde luego, Ariel es tanto una chica como una sirena, pero su identidad permanece totalmente intacta de principio a fin. Quizás con esto Disney pretende enfatizar que no importa de qué color seas: da igual verde, que púrpura, blanco, marrón, etc. Aunque a lo mejor estoy sacando demasiadas conclusiones. Ya puedo oír las críticas sobre el uso que se le ha dado al ordenador durante toda la película. No es que necesitase que la película estuviese echa por ordenador, es sólo que no me emociona especialmente el ver una película larga sobre dos ranas saltando por un pantano. Tiene su chiste, pero esperábamos algo más, como esas gloriosas películas que fueron La Bella y la Bestia, Mulán, etc.

Sin embargo, a Lisa Schwarzbaum le gustó mucho la película: "En Tiana y el Sapo nos presentan a una heroína afroamericana, toda una primicia en la animación de Disney. También se da la circunstancia de que la historia se sitúa en una idealizada Nueva Orleans de otro tiempo, una ciudad que a pesar de su belleza histórica e importancia cultural los adultos de hoy siempre la relacionarán con los desastres ocasionados por la naturaleza y el hombre durante el huracán Katrina. Todo resulta de lo más efectivo, a pesar de que esta Nueva Orleans de película no necesita mencionar explícitamente al Katrina para conmover nuestros corazones, al igual que tampoco nos habla abiertamente de la historia de los derechos civiles para no distraernos de la cuestión fundamental: la igualdad de Tiana. Lo que de verdad importa es que Tiana triunfa como chica y como rana, que sus sueños se ven cumplidos, los problemas se solucionan, el amor prevalece y la música logra unir no sólo a una princesa y a una rana, sino también a pequeños y mayores.

Si te paras a pensar en la historia, no es fácil imaginarse que rumbo querían que tomara si tenemos en cuenta que Tiana necesita dinero para el restaurante así que decide casarse con un príncipe al que no ama para así conseguir el dinero que necesita: la convierten en una puta. Mejor olvidad esto último."
Tiana se enamora de un príncipe que en realidad es una rana que debe rastrear el pantano para encontrar un hechizo que lo devuelva a la normalidad, y como técnicamente ella no es una princesa, la cosa no mejora cuando le besa. Me imagino a Blancanieves con los animales del bosque mientras que Tiana trata de sortear los peligros del pantano haciéndose amiga de caimanes, ranas y luciérnagas. La cosa podría funcionar, ¿pero cómo conseguimos convertir otra vez en princesa a Tiana para que pueda besar a la rana y convertirla en príncipe y todo eso?
En verdad Tiana es una princesa, pero ella no lo sabe, por lo que en ningún momento intenta besar a la rana ya eso a él no le haría ningún bien. Al final ella descubre que de verdad le quiere, por lo que su beso es auténtico. No, demasiado salvaje.
En cualquier caso, esto es sólo un pequeño fallo en una película que por el resto resulta agradable. Debería considerarse una de las candidatas más fuertes en la categoría de animación (aunque Up todavía le saca ventaja en todos los aspectos, tanto en críticas como en recaudación). Probablemente Up tenga que competir contra Tiana y el Sapo y Fantastic Mr. Fox (incluso aunque los animadores están enfadados con Wes Anderson por dejarlos colgados durante el rodaje, se debería recompensar todo su esfuerzo). Cuento de Navidad también debería ser una de las candidatas, pero quién sabe si pasará el corte. Mary & Max, Lluvia de Albóndigas… es un gran año para las películas de animación.

Traducción de Antonio Fernández Lucas para lososcar2010

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