Si afirmamos que Daniel Day Lewis es uno de los mejores actores británicos nos podemos quedar muy cortos, pero si extendemos esta afirmación a uno de los más importantes de su generación podemos aproximarnos más a la realidad. Con una estantería repleta de premios y una filmografía selecta e impresionante, Daniel vuelve a la lucha de su tercer Oscar, arriesgando el todo por el todo, en el musical más esperado: Nine.
Nacido el 29 de Abril de 1957 en Londres en una familia de arraigada tradición en el mundo del arte y del espectáculo. Hijo de poeta, Cecil, y de actiz de teatro, Jill, padres también de Tamasin, mayor que Daniel cuyo abuelo, sir Michael Balcon, padre de su madre, fue uno de los grandes productores del cine británico, presidente de los míticos Estudios Ealing.
El joven Daniel decidirá prematuramente dedicarse al mundo de la interpretación, formándose para ello en el Old Vic Theatre School de Bristol. Su andadura comienza en la televisión y el teatro, obteniendo, rápidamente, su primer papel en el cine en la oscarizada Gandhi (1982), de Richard Attenborough. Con anterioridad, habá figurado en Sunday Bloody Sunday (1971), de John Schlesinger, drama protagonizada por las estrellas inglesas Peter Finch y Glenda Jackson.
Pudo convencer a propios y extraños con dos títulos sobresalientes en 1985: My Beautiful Laundrette, de Stephen Frears, y A Room with a View, de James Ivory, adaptación de la novela de E. M. Forster donde se reunía uno de los mejores repartos británicos hasta ese momento. Ambas películas determinarán sus próximos proyectos, donde ensalzar a la joven promesa en la que se había convertido.
Títulos como The Unbearable Lightness of Being, de Philip Kaufman, u otros fallidos como Stars and Bars, de Pat O'Connor, fueron campos de pruebas para su salto definitivo al estrellato internacional: My Left Foot (1989), de Jim Sheridan, adaptaba a la gran patalla la autobiografía del artista Christy Brown, con triplejía lo que no le impidió aprender a escribir y pintar con su pie izquierdo. Un drama sobre la superación personal (la Precious de ese año) con nominación a cinco estauillas, obteniendo dos, por supuesto, una para Daniel (que también se hizo con el Bafta).
En estos momentos, comienza una relación sentimental con la mítica actriz francesa Isabelle Adjani, unión que duraría cinco años y daría como fruto a Gabriel-Kaen. Tentado por la industria de Hollywood, cruzó el charco para protagonizar dos superproducciones históricas, ambas basadas en novelas de gran éxito: por un lado decimonónica de James Fenimore Cooper, The Last of the Mohicans (1992), de Michael Mann, junto a Madeleine Stone, por la que sería nominado al Bafta. Por otro, la crítica a la burguesía norteamericana de Edith Wharton, The Age of Innocence (1933), de Martin Scorsese, aglutinadora de cinco nominaciones al Oscar (alzándose con el Mejor Diseño de Vestuario).
Cansado de la meca del cine, rechazó el papel de Andrew Beckett, que le daría el primer Oscar a Tom Hanks por Philadelphia, de Jonnathan Demme, regresando junto a su director fetiche, Sheridan, para trasladar otra novela autobiográfica (Poved Innocent, de Gerry Conlon) esta vez sobre los denominados “Cuatro de Gilford”, acusados injustamente de pertenecer a la organización terrorista IRA, bajo el sugerente título de In the Name of the Father (1993). El resultado desembocó en 7 nominaciones al Oscar, incluida para nuestro actor (aunque finalmente no se llevó ninguna).
A partir de aquí, será cada vez menos prolífico en el cine, coincidiendo con el inicio de una nueva relación (que desembocará en matrimonio) con la cineasta Rebecca Miller, hija del premio Príncipe de Asturias de las Letras, Arthur Miller (y viudo de Marilyn Monroe), con la que tendrá dos hijos, apareciendo en lo que quedaba de década en sólos dos títulos: The Crucible (1996), de Nicholas Hytner, con guión de su suegro, y realizado su 3ª (y hasta el momento última colaboración con Sheridan): The Boxer (1997), por la que sería Nominado al Globo de Oro a Mejor Actor Dramático.
En la primera década del siglo XXI ha continuado su pormenorizada selección de guiones, protagonizando obras claves como la títánica Gangs of New York (2002), que supuso su reencuentro con Scorsese, con nada menos que 10 nominaciones al Oscar (incluida la de Daniel en Mejor Actor Protagonista) y 0 premios, aún así se llevó por este trabajo el Bafta y el SAG.
Se puso bajo lar órdenes de su mujer en The Ballad of Jack and Rose (2005) y dio una verdadera muestra de su talento en la obra de arte, There Will Be Blood (2007), de Paul Thomas Anderson, que le valió su 2º Oscar (y todos los premios de la temporada) en esta adaptación (otra vez) de una novela, la del Premio Pulitzer, Upton Sinclair, Oil.
Catapultado a la Historia de los Premios más importantes del cine, Daniel tiene ante sí la posiblidad de seguir agrandando su propia leyenda con su interpretación de Guido Contini (papel que, recordemos, en principio iba pensado para Javier Bardem). Si las expectativas se cumplen, su debut en un género tan arriesgado como el musical puede resolverse por la puerta grande, sin embargo, el reto es díficil de superar ante adversarios muy bien posicionados. Es momento para que hablen los críticos.
4 comentarios:
Nominación tendrá, Oscar... creo que esta vez no.
Para que obtenga un 3º Oscar pasará muchos años.
Recuerden a Jack Nicholson:
1º Oscar: en 1976 (One Flew Over the Cuckoo's Nest)
2º Oscar: en 1984 (Terms of endearment)
3º Oscar: en 1998 (As Good as It Gets)
No sé yo si será nominado... para ello la película va a tener que ser muy bien recibida, ya que los que la han visto han hecho críticas desiguales respecto a su actuación. Aunque ojalá consiga su 5ª nominación
Actor soberbio, el mejor en la actualidad y uno de mis favoritos en la historia. Por mi tuviera 5 Oscar en su haber. Los 2 ganados, mas the boxer y in the name of the father, y pandillas.
En mi opinión su mejor interpretación ha sido la de "The Boxer" y ni siquiera fue nominado. Podría tener claramente 3 estatuillas puesto que en Gangs of New York le robaron el Oscar tras haber arrasado en todos los premios de la crítica; pero la campaña sucia de la Miramax le salpicó y se lo dieron al que iba último en las apuestas (Adrian Brody). En resumen, uno de los mejores actores de este negocio (por no decir el mejor).
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