EDITORIAL: Mejor película

Como es tradición en este blog, el análisis diario lo cerramos en vísperas de la ceremonia con mejor película. Este año, la categoría reina presentaba la novedad de albergar a diez nominadas en vez de cinco, como era lo habitual en las últimas décadas. Este cambio, vendido por la Academia como una oportunidad para que las películas animadas, documental o extranjeras pudieran aspirar a la estatuilla más preciada, no escondía nada más que la intención de incluir blockbusters cuyo éxito en los Oscar (y en taquilla) reportara un mejor resultado a un índice de audiencia algo mermado y que los estudios ingresen más dinero gracias a la gratuita promoción que supone ser finalista a la estatuilla. En el primer editorial de la temporada, que publicamos el 1 de septiembre, hacíamos la siguiente afirmación: "La temporada que se nos viene encima próximamente parece más un juego experimental que cualquier otra cosa. Tiempo habrá en el futuro para discutir si es una medida acertada o no, y tiempo habrá (si fuera necesario) para reivindicar a la Academia un cambio en sus nuevas propuestas."
En la recta final de esta temporada, tal vez sí sea el momento de rendir cuentas. Como preveíamos, este año se han colado en la lista de "mejores película del año" títulos que no merecen albergar dicho honor. Lo que la Academia ha conseguido es devaluar la categoría más preciada de los Oscar, el buque insignia y el mayor termómetro del estado de salud del cine de Hollywood. En un año de una calidad media, haber seleccionado diez películas supone acreditar con mayor valor películas que no deberían estar compitiendo por el Oscar más importante de la noche. ¿Dónde están las películas extranjeras o documentales que nos prometió Sid Ganis antes de dejar el cargo? Sólo "Up", en condición de película animada, cubre el objetivo (¿real?) de la Academia. Y sin embargo, ¿es mejor "Up" que "Wall-E", "Finding Nemo" u otras películas animadas que nunca pudieron luchar por el Oscar a mejor película?
Aunque pueda tener detractores, el voto preferencial es el único método posible que hay para poner algo de orden dentro de este caos que la propia academia ha generado sin necesidad.

Todos los años este blog se posiciona a favor de una de las películas candidatas. En años anteriores, dimos nuestro apoyo a "Babel", "There will be blood" y "Slumdog millionaire". Este año lo vamos a hacer de nuevo, pero permítanme detallar algo. Este ha sido un año de calidad media, en el que ninguna película puede considerarse una obra maestra. Fruto de esa mediocridad, el Oscar a mejor film este año se presenta como uno de los más igualados de la historia. Cuatro películas destacan sobre el resto: "Avatar", "Inglourious basterds", "The hurt locker" y "Up in the air". Y, créanme, ninguna tiene más meritos sobre las otras para ser la triunfadora de la noche. Los defensores de "Avatar" pueden decir que la película ha sido un fenómeno de masas, ha hecho historia en la taquilla y refuerza un nuevo modo de hacer cine que, a buen seguro, marcará la tendencia en el futuro. Los fieles a "The hurt locker" podrían argumentar que la cinta de Bigelow es una apuesta por el cine de bajo presupuesto, por la continuidad de este tipo de películas que cada vez ganan más terreno en Hollywood. Los que respaldan a "Inglourious basterds" pueden aducir que hay que apostar por el cine extravagante, arriesgado y con firma. Más aún si la rúbrica viene dada por uno de los últimos genios del séptimo arte. Por último, los que apoyan a "Up in the air" pueden alegar que hay que defender las películas intimistas, apoyadas en un buen guión y convincentes interpretaciones. Un pequeño retorno al cine clásico frente a la amenaza 3-D.
Cualquier razonamiento sería válido este año, y cualquiera de las cuatro serían dignas ganadoras. A este blog le toca decidir, y elige "Up in the air" como la mejor película de las nominadas. Su sobriedad, su contenida inteligencia, su disección de la realidad y su brillante guión la convierten en una pequeña joya que no es una obra maestra, pero sí contiene retazos de gran esplendor. No ganará mañana el Oscar, pero sirva este editorial para enaltecer una pequeña gran película.