elcorreo.com: A la cineasta danesa le avalan reconocimientos como el Oso de Plata y los Premios del Jurado y de la Crítica en la Berlinale por 'Italiano para principiantes', la cinta que la dio a conocer hace casi una década. Sin embargo, esta candidatura al Oscar le parecía impensable. «Nunca se me ocurrió que 'An Education', que tiene una temática europea, pudiera competir al lado de películas estadounidenses. Es cierto que estamos en un año muy fuerte para el cine europeo, pero tampoco estoy segura de merecer la estatuilla. Esta es una cinta con alma propia y con mucha integridad, aunque creo que para recibir el premio de la Academia sería necesario tratar un tema que concierna a los Estados Unidos. 'An education' es un drama que ganará más en audiencia que en premios», asegura a EL CORREO.
Mejor guión
En los suburbios londinenses de la posguerra, una brillante quinceañera debe decidir entre continuar con sus estudios o arrojarse al deslumbrante mundo de lujo, glamour y libertad que le ha desvelado un carismático hombre de más de treinta años. «Esta pareja es muy infantil y muy madura a la vez. Ambos se seducen mutuamente y hay momentos en los que su amor parece cierto. Pero, en realidad, ella nunca deja de verlo como un billete hacia el Londres moderno y excitante», explica la directora, que destaca la labor del guionista Nick Horby ('Alta Fidelidad', 'Un niño grande'), también nominado al Oscar. «Me encanta el tono que utilizó para escribir el guión. Logró capturarme por completo. Enseguida me sentí muy atraída por el personaje de David, por su elegancia y capacidad para seducir a Jenny, a sus padres y también a los espectadores».
Los padres de la colegiala, interpretados por Alfred Molina y Cara Seymour, parecen empujar a su hija a los brazos de un hombre casi veinte años mayor. «Son personas sin educación, incluso Jenny tiene más mundo que su madre. Son londinenses de posguerra, temerosos del futuro, del pasado, de todo lo que viniera de fuera. David representa cierta seguridad, calidez e ilustración para su hija», argumenta Scherfig, responsable de llevar al cine un capítulo de la vida de Barber. Un episodio que la propia periodista aún se cuestiona en la publicación de sus memorias: «Es increíble pensar por qué nunca le hice preguntas. Hacer preguntas significaba que eras simple y burgués, no hacerlas quería decir que eras sofisticado y francés. Yo, desgraciadamente, quise ser francesa».
1 comentarios:
Palabras sensatas...
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