
En una alegoría perfecta de la lucha entre David y Goliat, los Oscar de  anoche confirmaron la tendencia clara en Hollywood  hacia el cine de  bajo presupuesto, que despuntó con «Crash», continuó con «No country for  old men» y se consolidó con «Slumdog millionaire». Ayer, los Oscar no  dejaron hueco tampoco para apuestas grandilocuentes e imperiales. El  fenómeno «Avatar», que se convirtió estas navidades en la película más  taquillera de la historia, se quedó sin fuerzas ante una Academia que no  se ha dejado deslumbrar por las cifras. Sin embargo, «En tierra  hostil», una película pequeña de sólo quince millones de presupuesto y  veinte de beneficios en taquilla, ha logrado desplazar del punto de mira  mediático a la película que, se supone, marca la pauta de lo que será  el futuro Hollywood .
Sea como fuere, el verdadero logro de esta película no es haber  derrotado al Goliat «Cameron», sino triunfar con una historia que pone  el dedo en la llaga y desnuda sin perjuicios la realidad de una guerra  como la de Irak. Según publicó en su día «Time», el sentimiento  generalizado de la población estadounidense sobre la mala reputación  internacional de su país como consecuencia de la ocupación de Irak  dificultaba enormemente hacer películas de éxito sobre el conflicto. Por  todo ello, películas solventes como «Redacted» de Brian de Palma o «En  el valle de Elah», de Paul Haggis, naufragaron en su intento y sólo  recibieron a cambia el olvido de la academia y el silencio del público.  Esto hizo preguntarse a su directora, Kathryn Bigelow, y a su guionista,  Mark Boal, si la película obtendría algún éxito. «Parece que nadie  quería saber de este tema. Pero llegué a verlo como una oportunidad;  ahora teníamos la ocasión de expresar algo con un tono diferente sobre  este asunto.» señalaba Boal en septiembre a incontention.com. «Creo que  muchas de las audiencias y cineastas están todavía acostumbrados a la  mentalidad de la década de 1960, en la que los hombres de la  guerra  eran inocentes deshumanizados. Pero ahora estamos tratando con un  ejército que ha cambiado. Son voluntarios que sienten una gran atracción  por el combate. Bien o mal, la guerra es fundamentalmente emoción. La  misma razón por la cual los niños juegan con armas de juguete. Puede  sonar ingenuo, pero es la verdad. »
Kathryn Bigelow y Mark Boal no compartían la opinión de aquellos que  decían que era todavía demasiado pronto para hacer una película sobre la  guerra de Irak. «Los artistas deben estar comprometidas con lo que está  pasando. ¿Por qué esperar a que la historia nos diga qué perspectiva  seguir?»
Hollywood les pagó esta madrugada la valentía otorgándoles  seis estatuillas; mejor película, mejor director,  mejor guión original,  mejor montaje, mejor sonido y mejor montaje de sonido. James Cameron,  el que fuera «el Rey del mundo» en el año 1997 después de ganar once  Oscars con «Titanic», se vio obligado ayer a ceder el trono a su ex  mujer, 
la  primera en ganar el Oscar a la mejor dirección en 82 años de  historia. «Quiero dedicar este premio a las mujeres y hombres que  arriesgan sus vidas en Irak, Afganistán y en el mundo entero. Y espero  que vuelvan a casa sanos y salvos. », apuntaba una llorosa Bigelow tras  recibir el Oscar.
Una  gala sobria y predecibleFuera de la tensión palpable en la disputa por el máximo galardón,  el resto de 
la  gala fue cumpliendo las apuestas que previamente se habían  elaborado. Tras cinco nominaciones, 
Jeff  Bridges logró finalmente el Oscar al mejor actor protagonista por  «Crazy heart». El actor dedicó el galardón a sus padres "que amaban el  negocio del espectáculo" -su padre era el actor Lloyd Bridges- y le  enseñaron desde pequeño "los fundamentos de la actuación".
Sandra  Bullock obtuvo el premio a mejor actriz gracias a su papel de madre  adoptiva en «The blind side». Visiblemente nerviosa agradeció a sus  padres, entre lágrimas, que le hayan dado un educación en la que "no  importa la raza, la religión, la orientación sexual (...) porque nada  nos hace mejores, todos somos dignos de ser amados".
En el los  apartados de reparto, también se cumplieron los pronósiticos. 
Christoph  Waltz ganó como mejor actor secundario por «Inglourious basterds» y  
Mo´nique,  mejor actriz secundaria por «Precious». Ésta última 
derrotando  a Penélope Cruz, que optaba por segundo año consecutivo a la  estatuilla.
Tampoco hubo suerte para el corto animado «La dama y la  muerte», que perdió frente a la francesa «Logorama». Era la quinta vez  que un corto español intentaba llevarse la estatuilla. Por el contrario,  el sabor de la victoria pudieron disfrutarlos los argentinos, después  de que 
«El  secreto de sus ojos» se hiciera con la victoria en el apartado de mejor  película de habla no inglesa.  «Quiero agradecer a la Academia por  no considerar el Na'vi (idioma creado para la película "Avatar") una  lengua extranjera», dijo entre aplausos Campanella.
«Avatar» sólo pudo conformarse con tres galardones: mejor  fotografía, mejor dirección artística y mejores efectos especiales.  «Nosotros hemos ganado el premio del público» se adelantaba el productor  de la película Jon Landau ante la previsible derrota. «En tierra  hostil», el del buen cine.
Noticia publicada por Javier Escartín, redactor de este blog, en ABC.es