Pero las primeras reflexiones no se han hecho esperar. Un cambio tan drástico merece un serio análisis, pero siempre recordando que estamos hablando todavía de algo futuro, y que las conclusiones lógicas sólo las obtendremos en marzo, cuando la ceremonia de los Oscar haya concluido.
Según afirmó el ya ex presidente de la Academia Sid Ganis en un comunicado, "tener diez nominadas a mejor película va a permitir a los votantes de la Academia reconocer e incluir algunas películas fantásticas que muchas veces aparecen en las otras categorías de los Oscar, pero que han sido excluidas de la carrera por el premio máximo". Todos los años, incluso desde este mismo blog, muchos cinéfilos y seguidores de los Oscar quedaban decepcionados cuando su película favorita no lograba entrar entre las cinco nominadas a mejor film. Un ejemplo muy claro fue el año anterior, cuando “El caballero oscuro” se quedó a las puertas de la nominación, lo que levantó polémica entre sus seguidores y muchos animaron a boicotear la ceremonia en parámetros de audiencia televisiva. Sin embargo, lo que no podemos olvidar es que ése es precisamente el gran magnetismo de una temporada de premios. Forma parte de la magia de la carrera por el Oscar, porque NO TODAS PUEDEN LLEGAR. Hasta ahora, el filtro de cinco películas presentaba la mayoría de años una carrera reñida, donde cada premio de la crítica o de la industria podía alterar cualquier pronóstico antes de las nominaciones a los Oscar. Ahora con diez plazas en la categoría reina, ¿dónde queda la emoción? Las mejores estarán nominadas, sean cuatro, cinco o siete. Antes, una gran película podía quedarse fuera, pero era lo que daba emoción a la carrera y al simple anuncio de nominados. Ahora, toda esa emoción prematura quedará desplazada al resto de categorías, donde seguirán siendo cinco los nominados.
Sid Ganis hablaba de que con este cambio se abre la posibilidad de que otras películas sean reconocidas. Sin embargo, parece claro que esta medida esconde algo mucho menos idílico y simple que el deseo del propio Ganis. Lo que se busca con esta medida es lograr mejores registros de audiencia y que los estudios ingresen más dinero gracias a la gratuita promoción que supone ser finalista a la estatuilla. Sin embargo, el cintillo habitual de "la película nominada al Oscar..." debe sonar como algo importante, exclusiva, al alcance de sólo muy pocas, de la excelencia.
Pero lo más terrible es, simplemente, que la categoría va a devaluarse. ¿De verdad hay diez películas todos los años que merecen la nominación? Parece obvia la respuesta. Todos los años, destacan dos o tres de cintas, que son las que acaban peleando por el premio gordo. El resto de plazas parecían asignarse más por reconocimiento que por posibilidades reales de victoria. Este año el reconocimiento deja de aplicarse, porque ya no es un privilegio estar nominado al ser muchos los elegidos. ¿Se imaginan si hubiera habido diez nominados el año 2002, cuando ganó “Una mente maravillosa? O el año pasado mismo, ¿con qué otras cinco películas hubiéramos completado la decena? Parece claro que era mejor dejar fuera a alguna gran película que incluir a tres o cuatro que no merecen estar nominadas en la categoría grande de los Oscar.
Sin embargo, parece claro que esto es sólo una técnica en forma de lenitivo para mejorar el estado de salud de la industria de Hollywood, en detrimento de una temporada de premios más intensa y menos aburrida. Para defender la postura, Sid Ganis rememoró los títulos que compitieron en 1939, el año donde hubo más clásicos de toda la historia del cine y cuando precisamente eran diez las cintas nominadas. Es curioso este argumento nostálgico de Ganis cuando el otro gran cambio de cara a los Oscar de este año es que el Oscar honorífico se entregará en noviembre, fuera de la tradicional ceremonia. Una traición a la propia historia de Hollywood, a aquellos que le dieron su época dorada y que ahora quedarán relegados a una ceremonia de la cual no se sabe nada y que perderá toda condición de real homenaje.
Hollywood se reinventa, está claro. Sin mirar al pasado y diseñando un futuro, de momento, incierto
7 comentarios:
El año pasado hubo varias películas buenas que quedaron afuera (Gran Torino, Changeling, In Bruges, The Wrestler, Wall-E, The Dark Knight, Waltz With Bashir) que podrían haber completado una decena más que decente. Igual al haber 5 nominados a mejor director, ésta será la categoría sobre la cual habrá que poner la lupa durante la carrera al Oscar y que servirá para darnos cuenta qué películas están de relleno.
Me gusto mucho tu critica, excepcional de verdad. Te felicito. Muy triste que el oscar honorifico ya no se de el mismo día de la ceremonia, y sobretodo, como Hollywood defiende sus intereses económicos al nominar 10 peliculas. En 1995 solo Breveheart y Sense and Sensibility merecian en verdad la nominación.
Muy de acuerdo. Lo que conseguirán será devaluar la categoría.
Ningún año (creo) habrá 10 películas que se merezcan la nominación... o eso, o habrá que bajar el criterio para ganar un Oscar.
Lo que está claro es que la ganadora a Mejor Película sí que llevará una publicidad extraordinaria.
EStoy de acuerdo en parte Javier, pero el año pasado podriamos haber tenido una muy buena lista con 10 nominados (The Dark Knight, WallE, The Changeling, Gran Torino, Revolutionary Road, The Class, Walts with Bashir, The Wrestler... joder, que acabaron nominadas Frost/Nixon y The Reader...
En fin, un abrazo
pues a mi esta medida no me disgusta
Pues a mí me da que con diez nominadas, lo único que se conseguirá es que acaben nominando a Transformers 2 o similar con el paso del tiempo.
A mi no me gsuta mucho esta idea de 10 candidatas. Tiene razón el artículoa ¿ Merecerán esas 10 películas ser recordadas como las mejores del año, ser la "nominada" al Oscar como Mejor Película ?. El año pasado hubiera podido entrar WALL*E y THE DARK KNIGHT, pero...¿¿THE READER es mejor que estos dos films que nombré??. Film que sí quedará en la historia con su nominación de mejor film.
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